111 Discos Uruguayos, Andrés Torrón

*****
*****
Torrón
Torrón

Desde un principio Torrón es claro: si bien hay un cuidado periodístico en el proceso de selección- y evidentemente la experiencia de veinte años en este campo del autor pesa- «111 discos uruguayos» nace primero que nada del gusto. Y así, aunque uno puede (y sin dudas, lo hará) echar en falta tal o cual disco, tal o cual artista («¿Cómo no hay ni un sólo disco de La Tabaré?» «¿Cómo puede haber elegido algún disco de los Buenos Muchachos que no sea ‘Amanecer Búho'»?) el material realizado por Torrón es indiscutible. Porque lo arma desde su gusto y contra eso no hay nada que decir, verdad, pero también porque con su selección Torrón arma un mapa de la música nacional toda, una guía para neófitos y entendidos, un libro imprescindible a la hora de entender cómo ha evolucionado la música nacional.
Así, siguiendo a la industria musical a partir de la instalación del formato album en su forma de grabar y editar los discos, Torrón recorre desde la década del 50 hasta nuestro presente (hasta 2009, para ser precisos) y a medida que va presentando sus elegidos (que volviendo sobre el mismo punto: aunque nacen de su gusto, son elegidos además por tener un peso, una relevancia real mucho más allá de si gustan o no) el lector irá descubriendo sin dudas autores nuevos dependiendo de su edad. Para quien suscribe, fueron hallazgos imprescindibles las recomendaciones correspondientes a los 50 y 60 (asumo mi completa ignorancia al respecto de Romeo Gavioli o Manolo Guardia, pero gracias a «111 discos uruguayos» ya soy fan) pero imagino que para alguien más veterano los descubrimientos ocurrirán en décadas más cercanas.
No sólo se trata entonces de un libro que despierta la curiosidad y el interés del lector- a partir de los artículos correspondientes a cada disco, todos amenos de leer y muy bien escritos- sino que además la lectura cronólogica del mismo permite formular varias teorías sobre la música uruguaya.
La más importante de todas es la consagración de la figura del cantautor, que siguiendo una estela clara: Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti, Eduardo Mateo, Ruben Rada, Eduardo Darnauchans, Fernando Cabrera, Jorge Galemire, Jorge Drexler y Fernando Santullo, por decir algunos, recorre y marca a fuego la producción de música nacional. Generando década a década una figura que se continua quizá no musicalmente al 100% pero si compartiendo códigos, marcos de referencia e inclusive temáticas y formas de componer.
Además de todo, el libro es un anecdotario jugoso de momentos y situaciones de más de cinco décadas del devenir cultural nacional y si bien no estructura a propósito una historia «macro» esta historia se va estructurando por sí sola, a partir de referencias cruzadas en las distintas fichas que van de disco a disco, de artista a artista.
Uno de los libros que todo interesado en la música nacional tiene que tener. Y si, va a encontrar diferencias y desavenencias. Y está muy bien que así sea. Ojalá se generen muchos más libros como este, que en manos de Andres Torrón es un parteaguas obligado.

Aunque gran parte de la obra fundamental de El Sabalero se compuso antes de este álbum, para más de una generación las versiones de este disco de clásicos como «Yacomienza», «A mi gente», la propia «Chiquillada» o «La Sencillita» son las definitivas. Y el personaje de «El Sabalero», mezcla de cuentista y bluesman de voz aguardentosa se forjó aquí y continuaría en las décadas siguientes con muchos puntos altos en su discografía.

(Sobre el disco «Colmeneras» de José Carbajal, 1979)

Calificación: excelente
Editorial: Aguaclara, Montevideo, 2014
ISBN: 9789974834934.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.